domingo, 17 de abril de 2011

Diario de una puta- Capítulo 8

Perdonadnos por tanta tardanza, 
para compensaros subiremos dos
capítulos en vez de uno. 
Esperamos que os gusten :)



1 de Octubre, 2009, 07:00 am

Habían pasado dos días desde mi reencuentro con las pastillas y con el camello.

Me levanté algo mareada y me fui al espejo a comtemplar mi demacrado rostro. Me metí en la ducha y me froté fuertemente con la esponja, recordando las dos noches anteriores y dándome asco  a mí misma, pensando en por qué había vendido mi cuerpo a aquel hombre: ¿Por unas pastillas? ¿Tan bajo había caído en tan poco tiempo? No tenía amigos, no tenía pareja, no me quedaba nada. Pensé en todo ello mientras el agua caía pesadamente sobre mi pelo... ¿Qué tenía que perder? Nada. Había perdido absolutamente todo lo que tenía, sólo me quedaban mis nuevas amigas, las que supe que mientras pudiera costeármelas (de una u otra forma) nunca me darían de lado, nunca me abandonarían: las drogas.

Con ese pensamiento, salí de la ducha y me vestí. Aún con el pelo mojado, cogí mi bolso, un billete de cincuenta euros y otros dos de veinte, salí a la calle. Me dirigí de nuevo al callejón de siempre, en el que como yo ya sabía, él estaba esperándome. Aunque esta vez había dos. Miguel, mi camello, el de siempre, al que yo me había vendido por unas míseras pastillas; y uno desconocido, intentando negociar con él sobre el precio de alguna mercancía.

-Pero ¿no me lo puedes rebajar un poco tío? Si sabes que yo siempre te pago, pero hoy no tengo más.

-No, lo siento, el precio es el que hay Jose, y tú sabes mejor que yo que no puedo rebajar a nadie. Si no yo ¿de qué vivo?

-Si ya lo sé, si no te digo que no te lo vaya a pagar, pero esque no tengo ahora, cuando tenga yo ya vuelvo (que sabes que volveré) y te lo doy, si somos amigos joder.

-No, antes que mi amigo, tú eres un cliente, y si no me sales rentable, ya te estás yendo-de pronto levantó la vista y la fijó en mí. parada vacilante en medio del callejón-. Anda, Miriam. Hola guapísima, ¿qué tal?

-Hola Miguel...

-Esta noche vamos a mi casa ¿no?

-Si tienes algo para darme... sí.

-Para ti siempre guapa.

-Oye oye, para ella tienes ¿y para mí no?-se quejó Jose-.

-Es que ella me paga.

-Sí, la cuestión es cómo. No creo que eso para ti sea tan rentable.

-Mucho más que el dinero.

-Si molesto yo me voy... sólo venía a pedirte la dosis-dije yo-.

-Tranquila niña, a ver-rebuscó en sus bolsillos y sacó una bolsita con tres pastillas-. Aquí tienes. Esta noche te paso a buscar y me pagas ¿eh?

-Yo siempre te pago.

-Lo sé.

-Bueno, me voy... hasta luego.

-Adiós Miriam.

Di media vuelta para volver por donde había venido, pero antes guardé mis pastillas a buen recaudo en mi bolso.

-Bueno, ¿y Lola, tu churri? Hace dos días que no la veo por aquí, y es bastante raro. No se habrá ido a por otro ¿no?-dijo Miguel. Al escuchar el nombre de Lola, hice como que se me caían las llaves al suelo y me agaché a recogerlas para escuchar más-.

-Sí, bueno es que ella... no está bien. No está en su mejor momento, no sé si me entiendes.

-Perdona... esa Lola de la que habláis... -le dije a Jose, y le describí a mi antigua amiga y le enseñé una foto que tenía en el móvil-. ¿Es ella?

-Pues sí, es ella sí. ¿La conoces?

-Sí, ella es... bueno, era mi amiga hasta hace poco. Discutimos y... no la he vuelto a ver. ¿Qué tal está?

-Ya has escuchado... no está en su mejor momento-me dijo Jose-.

-¿Por qué no hablamos en otro sitio más tranquilos?-le pregunté guardando el móvil en el bolso-.

-Vale guapa, como veas.

Nos despedimos de Miguel y nos marchamos juntos del callejón, caminando por la calle sin un rumbo fijo hasta que vi el sitio ideal en el que poder hablar sin que nadie nos molestara.

1 comentario:

  1. Oh, me encantaaaaa!!!!! kiero mas y mas!! Y aunk tenga el otro capi... kerre mas, siempre xD Lo haceis muy bien. Un besote :)

    ResponderEliminar